Tiempo Libre

Orquesta improvisada
8 de julio de 1962

 Todos los pueblos han tenido, a través de los años, sus ratos de descanso y diversión. La Parroquia de San Vicente no se quedó atrás.

La gente mayor recordará las famosas “FÍAS”. En las diversas formas de elaborar el lino, la más costosa era formar el hilo, hilar. Para ello, durante las largas noches de invierno, las mujeres se reunían en la casa que tenía preparada la fibra para hilar, y con su “roca” y su “fuso”, a estirar la fibra y torcerla. Motivo éste para que no faltara la ronda de los jóvenes, convirtiendo este tipo de trabajo en alegre y festivo, acompañado de las mejores voces femeninas y a ritmo de pandereta, gaita o cualquier otro instrumento para la ocasión.

No se pueden olvidar las FOLEADAS al aire libre, y si no, que se lo pregunten a la “Boqueira do Espiño”. No faltaba domingo en el que no se reuniera la juventud en ese lugar, a la luz de la luna cuando la había, al ritmo de la pandereta y amenizada por las voces de: Trinidad, Leonor da Xestosa, Nieves de María y otras; y ¡qué voces!

También merecen especial mención LOS CARNAVALES, más conocidos por ANTROIDO, con las MÁSCARAS formadas por un grupo de jóvenes de ambos sexos, cubiertos por mantas o colchas, atadas por un extremo y así poder cubrir todo el cuerpo. Les acompañaba un chico al descubierto y un músico, que bien podía ser Celestino de Xestoso con su acordeón. Su fin era recorrer las casas del vecindario a primeras horas de la noche, bailar una pieza y seguidamente intentar reconocer uno a uno a los disfrazados. La gracia estaba en no acertar. Luego se echaba otro baile, ya todos al descubierto, y tan felices a otra casa.

Este ambiente de disfraces terminaba el Martes de Carnaval. Todos los vecinos en sus casas lo celebraban a mediodía con una comida copiosa a base de cerdo y, para postre, freixós. En ese día corría el vino y se admitían bromas sanas entre los vecinos en muy buena armonía. Se personificaba O ANTROIDO en una cabeza de madera y un cuerpo de paja, cubierto con prendas viejas (chaqueta y pantalón), colocado sobre unas andas, y se llevaba a dar una gira por todo el vecindario, acompañado por los gaiteiros: Manolo de Chao, Jesús do Neto e Alfonso do Zulo. Les acompañaba con el tambor Marcelino de Pedro y otros más que se arrimaban a la fiesta tocando el bombo y platillos.

Todo terminaba en el baile “na Aira do Rei”, amenizado por el “Cego d´Aldixe” con su violín, a quien acompañaba su mujer, cantando coplas de desamores, habladurías y otros temas juglares de la época. La letra estaba en verso, escrita a imprenta, sobre papeles en colores. Parece como si guardaran relación con los temas.

Finalmente la fiesta terminaba con la quema del ANTROIDO a altas horas de la noche, dando así fin, un año más, a las alegres fiestas de Carnavales en la parroquia de San Vicente.

Ángel

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te invitamos a que participes activamente | Deja tu comentario.

(Nos reservamos el derecho de no publicar comentarios que puedan ser considerados difamatorios, racistas, obscenos, pornográficos, ofensivos, que promuevan el odio racial, étnico, religioso, homófobo o de género, de violencia explícita o incitación a la violencia, etc.)

Gracias por participar.